Reportajes

Googleplex: El Cerebro

Secretismo
El secretismo de Google es otra de sus señas de identidad, y los ingenieros comulgan con este principio hasta el punto de negarse a revelar en qué trabajan. La compañía asegura que ésta es sólo una manera de no dar pistas a sus competidores y que, al fin, y al cabo, es una empresa "diferente". Por eso salió a Bolsa asegurando que su objetivo de negocio es "no ser malvada". O decidió citar en el folleto bursátil a "Larry" y "Sergey", sin apellidos, lo que le valió una amonestación por parte del supervisor bursátil. The Economist publicaba el pasado mayo un artículo muy largo y muy crítico con Google. En él describía su manera de contratar ingenieros, que incluye publicar carteles con acertijos matemáticos en las carreteras de Silicon Valley. La revista hablaba del "presuntuoso humor" de Google, sus "obsesiones matemáticas" y su "arrogante creencia de que es el hogar natural de los genios". "Google quiere ser diferente del resto de las compañías", confirma Miguel Cuesta. "Salir a Bolsa con un sistema de pujas al margen de los grandes bancos o contratar ingenieros poniendo acertijos en vallas sintoniza con el público más influyente de Internet: jóvenes tecnologizados que aconsejan a sus familiares y amigos sobre qué herramientas hay que utilizar".

El plan maestro de Google

Pero Google sabe que su tamaño e influencia crecen al ritmo que el temor a que abuse de ellos. Y ése es "su principal talón de Aquiles", según Cuesta. Su decisión de desembarcar en China aceptando la censura gubernamental, o su manejo de los datos privados de los usuarios, han suscitado quejas y críticas nunca escuchadas en sus escasos ocho años de vida. "Google sabe que corre el peligro de que el público deje de verla como el amigo que ayuda a buscar y entienda el riesgo de que exista una sola empresa que pretende poner en orden toda la información mundial", dice Cuesta. Según Dan Farber, "a día de hoy, Google no manifiesta un deseo para extender su poder y controlar el ciberespacio, pero está llegando a una posición donde podría abusar de ese poder".

"¿Cuál es el plan maestro de Google?", se pregunta un ingeniero en otro de los tablones de ideas. La compañía está obsesionada por que sus ingenieros se afanen en hacer accesible toda la información; artículos periodísticos, libros, fotografías, películas, series y programas de radio. Siguiendo con el ejemplo del Saturno, y según explican los informáticos, en un futuro las búsquedas incluirán páginas, documentos e imágenes del auto en la misma página. Y serán completamente personalizadas, así que el buscador sabrá cuándo nos interesa, en realidad, saber algo sobre el planeta. Claro que, para ello, habrá que confiar a Google muchos más datos de los que maneja ahora. Y si confiamos en esa frase de Voltaire que asegura que a una persona se la conoce más por sus preguntas que por sus respuestas, "Google ha descifrado el enigma insondable de los negocios y de la propia cultura humana", dice John Batelle, autor de Buscar. Analizando los miles de millones de búsquedas que recibe cada día, dice, ésta es la compañía que sabe "qué es lo que quiere el mundo". Para los googlers que han escrito en la pizarra, el plan maestro de la compañía para dominar el mundo es aún más aterrador: "Contratar a Bill Gates, y después despedirle. Después, contratar a Donald Trump, y despedirle también. Y después, contratar a Paris Hilton".