La sociedad
¿La gente sabe de todo esto? ¿Cuánta información disponible hay al respecto? ¿Qué empresas están involucradas? ¿Qué tan cercano está el futuro de la nanotecnología?
A pesar de lo poco que se sabe al respecto, son varios países y muchas firmas comerciales las que han comenzado a invertir fuertes sumas de dinero en investigación. Por un lado Estados Unidos, Japón, Canadá y la Unión Europea han destinado en los últimos 4 años más de 8.200 millones de euros.
Sólo en el año 2003 Japón y Estados Unidos destinaron 2.000 y 1.200 millones de dólares respectivamente, para fomentar la investigación y su implantación en los procesos industriales.
China también se ha incorporado recientemente a esta carrera con un gran vigor, tras haber formado a miles de científicos fuera de sus fronteras en materias relacionadas con la nanotecnología.
Y grandes compañías como IBM, Motorola, HP, Lucent, Hitachi, Mitsubishi, Philips, Pfizer, NEC, Corning, Dow Chemical o 3M, han lanzado ya iniciativas significativas en el terreno de la nanociencia.
Samsung, por ejemplo, dedica más de 500 personas a desarrollos basados en Nanotecnología en un centro de investigación creado especialmente para ello.
El motivo de tanto interés no es extraño. La nanotecnología tiene potencial para cambiarlo todo: las medicinas y la cirugía, la potencia de la informática, los suministros de energía, los alimentos, los vehículos, las técnicas de construcción de edificios y la manufactura de tejidos, entre otros casos.
Mientras unos lanzan a los cuatro vientos sus expectativas sobre la ciencia de lo pequeño, otros prefieren mantener en secreto sus propios avances. General Motors, fabricante de automóviles, es un ejemplo de ello. Es la empresa de nanotecnología más grande del mundo, pero no van contándolo por ahí.
El gigante del motor vende toneladas de un material llamado nanocomposit, una combinación de partículas de arcilla con plástico, que da lugar a un material tan resistente como el metal, pero mucho más ligero. Esta aleación es, al parecer, muy fácil de fabricar, por lo que GM no va por ahí alardeando de su nanotecnología, sino que se limita a decir que tiene autos mejor preparados.
El tema, es que la nanotecnología ya forma parte de nuestras vidas y tiene la capacidad de cambiar y mejorar prácticamente cualquier producto ya hecho por humanos. Por ejemplo, en Chile, Daewoo Electronics ya lanzó al mercado, refrigeradores y lavadoras que incorporan la tecnología nanosylver; lo que no es más que unas pocas partículas de plata, que no permiten la aparición de hongos en la ropa ni en los alimentos.
Desde una pintura de muros que alerta cuando hay una fuga de gas o cambia de color cuando uno desea modificar la decoración, pasando por materiales que generan electricidad durante el día para utilizarla al anochecer, naves espaciales extremadamente livianas pero resistentes, computadores más pequeños y poderosos, hornos que permitan transformar unas pocas células de vaca en un bistec, hasta nanomáquinas que sean capaces de crear nanoproductos, son solo algunos de los proyectos que están en desarrollo. En Japón ya está a la venta, una tela especial que no permite que un cuchillo la corte. No se trata solo una tela resistente, sino que se trata de pequeñas moléculas inteligentes, que saben cuando se trata de una punta de un cuchillo y no permiten que corte la tela. Los bomberos de Alemania ya cuentan con trajes especiales que cambian de color cuando hay gases peligrosos en el ambiente. Todo gracias a la nanotecnología. La reducción de los componentes electrónicos revolucionará de gran manera la relación tamaño/rendimiento en los computadores. Estos serán de tamaños microscópicos y almacenaran y procesarán datos cientos de miles de veces más, que los de hoy en día.
La humanidad puede encontrarse ante dilemas sumamente complicados. Avances tecnológicos importantes que pueden tropezar con impactos medioambientales o alteraciones del poder político y militar. Algunos expertos han querido ver en la nanociencia una nueva era para la humanidad que llevará consigo alteraciones sociales, políticas, económicas y empresariales. Algunos avances nanotecnológicos pueden ser de tal magnitud que las empresas y los gobiernos que tengan su control pueden acaparar unas cuotas de poder hasta ahora desconocidas. Los avances de cotizaciones en bolsa de algunas de estas empresas pueden "palidecer" los resultados que hace escasos años lograron las punto.com en el Nasdaq y los mercados financieros.
¿Cómo digerirá la sociedad estos avances? ¿Están los estratos preparados? ¿Hay conciencia política sobre la relevancia del tema? ¿Hay divulgación de estos temas entre los ciudadanos? ¿La TV y la prensa introducen estos debates y su divulgación en las masas? ¿Será que prefieren mantener todo esto en silencio, con un perfil muy bajo, para que la humanidad no se de cuenta de estos avances, y así les llegue todo de golpe? ¿Querrán que nos encontremos con la perfección de un día para otro sin tomar conciencia de qué significa y cómo se llegó a ello?
El poder llegar a conocer, manipular y controlar la materia a escala nanométrica va a tener innumerables repercusiones en la mayoría de las áreas científicas, económicas y sociales, de forma que va a originar un verdadero impacto de escala en el devenir de la sociedad y del propio ser humano.
Las visiones pueden ser perturbadoras. Primero una apocalíptica, sensación que ronda en forma permanente a los nuevos avances: armas letales, como microscópicos robots construidos por nanoensambladores, que recorren las ciudades arrasando con sus habitantes mientras se duplican a sí mismos. (.)
En segundo término existe otra visión más edificante (literalmente): edificios que se erigen solos, como por arte de magia, bajo las órdenes de nanorobots equipados con nanocomputadoras que aparte de duplicarse inducen la creación y ensamblaje de estructuras a nivel molecular. Ciudades enteras podrían crearse, o recrearse.
Podrían fabricarse así autopistas o televisores. También sería posible eliminar la contaminación ambiental con nanomáquinas diseñadas para "comérsela", y crear alimentos o automóviles que pueden cambiar de forma, muebles, procesos automáticos de limpieza corporal, drogas artificiales, libros... los nanorobots podrían reparar tuberías y, por supuesto, como lo vimos anteriormente, generar una nueva frontera de aplicaciones médicas, incluyendo la regeneración de tejidos.
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