Microsoft se divide
El 7 de junio de 2000, el juez estadounidense Thomas Penfield Jackson decidió que Microsoft Corporation debía dividirse en dos compañías por haber violado la ley antimonopolio llamada Sherman Antitrust Act. Esta decisión podría tener profundas consecuencias para la industria tecnológica y para la regulación de los negocios por parte del gobierno de Estados Unidos. Directivos de Microsoft han calificado la decisión de poco razonable y afirman que podría ser anulada tras la apelación.
Para los responsables del Departamento de Justicia de Estados Unidos, esta victoria repercutirá en beneficio tanto de la industria como de los consumidores. La sentencia que ordena dividir al gigante de la informática es la más dura adoptada por la Justicia estadounidense contra una empresa desde que en 1982 eliminara el monopolio de telecomunicaciones de la compañía AT&T.
En su decisión, Jackson siguió las recomendaciones del Departamento de Justicia. La orden del juez estipulaba que una de las compañías creadas con la escisión tendría que ocuparse de los sistemas operativos, como Windows, mientras que la otra se dedicaría a las aplicaciones y servicios, como Office, Exchange, Enciclopedia Encarta y servicios de Internet ofrecidos a través de MSN. Los altos directivos de Microsoft, entre ellos su presidente ejecutivo, Bill Gates, y su presidente, Steve Ballmer, deberán elegir para cuál de las dos compañías trabajar.
Jackson impuso igualmente importantes restricciones a las prácticas de negocios de Microsoft. Para algunos analistas, éstas son potencialmente más perjudiciales que la propia división. Entre las estipulaciones del tribunal se cuenta la de establecer estrictos controles sobre el modo en que se vende y comercializa el sistema operativo Windows. Microsoft debe proporcionar a otros desarrolladores de software acceso al código fuente de Windows, y a los fabricantes de ordenadores la posibilidad de adaptar Windows a sus necesidades y especificaciones. Windows e Internet Explorer deben desvincularse y venderse como productos separados.
El juez afirmó que se había visto forzado a tomar esta decisión porque "Microsoft, tal y como está organizado y dirigido actualmente, es incapaz de admitir que ha quebrantado la ley o de aceptar modificar su conducta".
Los representantes de Microsoft fueron especialmente críticos con la decisión de Jackson de no otorgarles el tiempo que solicitaban para preparar y presentar argumentos contra la escisión. "Se trata claramente del mayor intento de regulación gubernamental de la industria tecnológica, que fue concebido por el gobierno e impuesto a través de una resolución judicial sin un solo día de declaraciones", dijo Gates. "Este plan debilitará nuestra economía de la alta tecnología, perjudicará a los consumidores, dificultará el uso de ordenadores y repercutirá negativamente en miles de empresas y trabajadores de la industria de la alta tecnología".
Especialistas en jurisprudencia cuestionaron el abrupto final que había dado al caso con esta sanción el juez Jackson. Los abogados de Microsoft expresaron su confianza en la actuación del Tribunal de Apelación del Distrito de Columbia y recordaron que este tribunal ya desestimó una decisión de Jackson en 1998 y dictaminó que la compañía tenía derecho a fusionar Internet Explorer con Windows si ello redundaba en beneficio del consumidor.
Jackson ordenó dejar en suspenso el plan de escisión hasta que culmine la fase de apelaciones. El 20 de junio, inesperadamente, el juez cambió de opinión y obligó a la compañía a cambiar sus prácticas comerciales hasta que un tribunal superior dictamine sobre el caso. Al mismo tiempo, se sumó de nuevo a las tesis del Departamento de Justicia y decidió enviar el caso al Tribunal Supremo. Éste, a su vez, puede admitir a trámite el caso o devolverlo al Tribunal de Apelación.
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