"Son las seis de la mañana y un suave ronroneo eléctrico inunda el living de la casa. Mientras los inquilinos todavía rezongan entre las sábanas, el pequeño asistente hogareño ha comenzado puntualmente sus deberes conectando los calefactores y preparando el desayuno.
Una vez que ellos se hayan marchado, una conexión inalámbrica a Internet le servirá para informar al supermercado sobre los comestibles que se agotaron en el refrigerador. Más tarde aseará la casa con toda prolijidad, mientras no deja de monitorear un solo instante los sensores de puertas y ventanas. No se esperan visitas".
¿Crees que escenas como estas todavía pertenecen a la ciencia ficción? No te engañes: sólo en 2003 se comercializaron más de 600 mil unidades de robots domésticos en todo el mundo, con proyecciones que esperan duplicar estas cifras dentro de los próximos dos años.
Ha sido un largo trecho desde que en 1920 el escritor checo Karl Capek adaptara el término "robota" -que significa "siervo" o "trabajador forzado"- en su obra "Rossum's Universal Robots" para referirse a cualquier máquina capaz de realizar tareas inteligentes. Luego, durante los años 40, el genial Isaac Asimov expandiría el concepto hasta forjar la robótica, cuyos personajes pueblan muchas de sus historias.
Fueron ellas las que probablemente alimentaron la imaginación de Joseph Engelberger, que en 1961 presentó el primer brazo mecánico para automatizar líneas de producción. Pero el camino de quien es considerado el padre de la robótica no fue fácil: 46 empresas -incluyendo a General Motors e IBM- rechazaron su idea antes de que una compañía ferroviaria aceptara financiarlo.
Los avances a partir de entonces son sorprendentes, con robots que pueden hablar, rodar, caminar, saltar, trepar, tocar música e incluso jugar al fútbol. La mala noticia es que lo elevado de su costo los ha reservado para uso en situaciones extremas como expediciones submarinas, minería, cirugía de alto riesgo o misiones de guerra. La necesidad existe; la tecnología existe... es sólo que el presupuesto no alcanza.
La buena noticia es que esto está comenzando a cambiar.
Buscando a Robotina
Algunos analistas proyectan que el desarrollo de la robótica se asemejará mucho al de los computadores. Máquinas inicialmente de alto costo y prestaciones limitadas, pero cuyos componentes bajan de precio hasta convertirse en un producto masivo, con una capacidad infinitamente mayor que sus antecesores.
Las tendencias se están marcando y como muestra hemos reunido algunos ejemplos de robots pensados para el hogar. Ya sea como ayudantes o para compañía, estos pequeños están al alcance de cualquier bolsillo... o bueno, casi.
Roomba
Te presentamos una aseadora maniática de la limpieza que no perderá el tiempo con la telenovela o coqueteando con el cartero. Roomba es una versátil aspiradora robot que, según sus fabricantes, cubrirá hasta el 90% de las superficies que se le encomiende limpiar. Especialmente preparada para evitar escaleras u objetos que amenacen su integridad física, cuenta con distintos modos de aspirado, un detector de suciedad y un colector de polvo tres veces más grande que el presente en su primera versión, lo que le otorga una mayor autonomía.
Disponible en diferentes modelos y colores, Roomba se puede adquirir en el sitio de la empresa iRobot -la misma que diseña robots exploradores para el ejército estadounidense- a partir de $150 dólares. www.irobot.com
Mowbot Incluso más económica que una cortadora de césped motorizada, el Mowbot es la peor pesadilla del sindicato de jardineros. Diseñado para mantener a raya el pasto de una superficie igual a 11½ courts de tenis y de hasta 27º de pendiente, este robot utiliza baterías eléctricas para desplazarse, volviendo automáticamente a su estación cuando es hora de una recarga.
Es más, su independencia es tal que ni siquiera hay que preocuparse por los desechos: el Mowbot pica finamente el pasto con sus cuatro cuchillas, para entonces devolverlo al suelo y reciclarlo como abono (llame ahora, llame ya!).
Con tres modelos diferentes que incluyen un sensor de lluvia y control remoto, este invento británico puede adquirirse a través de Internet a precios que van desde las £995 a las £1350 libras; algo así como un millón de pesos.
ER1
Para los "Giro Sintornillos", Evolution Robotics ha preparado el ER1 Personal Robot System, un kit que te permitirá armar y expandir tu propio robot. Usando como centro neurálgico un notebook - o un computador de escritorio adaptado - el ER1 tiene funciones básicas de reconocimiento y comunicación, así como la capacidad de trasladarse y cargar objetos. En todo caso, su mayor gracia es la flexibilidad de su programa y estructura, a partir de los cuales se puede personalizar completamente al robot según las necesidades de cada usuario.
Se toman órdenes internacionales desde el sitio Web de la compañía, a un valor de $699 dólares (no incluye la computadora).
Robodiversión
Papero
De nombre hortofrutícola y apariencia de salero con ojos, este diminuto robot japonés es uno de los más avanzados en su tipo. Desarrollado por NEC, el "PArter-Type PErsonal RObot" cuenta con un avanzado sistema computacional que le permite reconocer más de 650 frases y pronunciar otras 3000, además de aprovechar su transmisor para conectarse a Internet y chequear tu correo o controlar los electrodomésticos del hogar. Como si esto fuera poco, Papero es capaz de reconocer voces y caras, cantar, bailar o contar chistes, junto con incorporar una gran cantidad de juegos.
A pesar de sus impresionantes habilidades, NEC aún no informa una fecha ni un precio para su comercialización, y la falta de actualizaciones en su sitio Web hace temer por la continuidad del proyecto. Una lástima.
Aibo
Este perrito mecánico de la Sony debutó en 1999, convirtiéndose rápidamente en el robot comercial más popular construido hasta el momento. Su último modelo, el ERS-72M, no sólo imita las acciones de cualquier cachorro al caminar, retozar, jugar, dormir, comunicarse y mover la colita, sino que también toma fotografías y las envía por e-mail, es una alarma para despertar a su dueño y baila mientras reproduce su colección de MP3. Ja, ¡quiero verte hacer eso Lassie!.
Totalmente autónomo, Aibo irá solito a recargarse cuando sus baterías bajen del 40%, sin embargo, lo más impresionante sobre él es su capacidad de aprender. El robot reacciona ante una caricia en la espalda o un reproche en voz alta, incentivándolo -o desmotivándolo- a repetir una acción. Además, puede expresar hasta seis emociones y su programa de inteligencia artificial se actualiza a través de Internet, dejando en el pasado eso de que "perro viejo no aprende trucos nuevos".
Irónicamente, este perro robot debe ser la raza de can más cara sobre el planeta, con precios sobre $1900 dólares la unidad.
Como para decir guau.
Robosapien
Uno de los juguetes favoritos de la Navidad 2004, por apenas $99 dólares Robosapien hará todas esas cosas propias de un robot, como eructar, lanzar cosas, hacer pases de kung-fu, hablar en "cavernario" o bailar rap. Sus 67 funciones se suman a la capacidad de reaccionar ante estímulos sonoros o táctiles, o de tirarse a dormir si lo ignoran por más de cinco minutos (sí, es como tener un hermano chico).
Diseñado por un ex ingeniero de la NASA, este curioso autómata está en venta a través de tiendas virtuales como Amazon o Toys 'R' Us. En su sitio Web oficial se puede acceder al manual de uso o ver un comercial para televisión.
R2-D2
Si eres parte de los fanáticos de "La guerra de las galaxias" que siempre soñó tener su propio 'Arturito', tenemos dos noticias para ti, una buena y otra mala. La buena es que Hasbro e Industrial Automaton unieron fuerzas para producir réplicas exactas y funcionales del famoso robot, capaces de trasladarse, reconocer la voz de su dueño, responder con pitidos e iluminar su camino, entre otras cosas.
La mala es que dejaron de producirse en 2003.
Pero deja esa katana. Todavía hay varias unidades disponibles -nuevas y usadas- en subasta a través de eBay, con precios que oscilan entre los $100 y $250 dólares. Puedes conocer más sobre él en su sitio oficial.
Si bien este R2-D2 no proyectará princesas holográficas ni salvará tu vida en caso de un ataque imperial, al menos podrá usar su brazo para acercarte una lata de cerveza. Por algo se empieza, ¿no?
Fuente: Mouse.
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